domingo, 20 de marzo de 2016

Como surgió una gran nación - EE UU

COMO SURGIÓ UNA GRAN NACIÓN

LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA

Los latinos, europeos, africanos y asiáticos poblaciones de diversas naciones, se  habrán preguntado ¿que es Norteamérica?  Donde su población es diversificada   liberal  y abierta, todos ellos aglomerados en  distintas razas, huyendo quizá de sus naciones de origen por causas diversas podría ser económicos, conflictos socio culturales o autoritarismo,  en busca de un porvenir mejor, donde el dólar es una de las monedas mas fuertes del mundo
Los Estados unidos , el país de los vaqueros del oeste, de los colonos ingleses, aventureros en busca  de oro, de petróleo el oro negro, el país del revolver, del Colt de los años 1830 y en la actualidad el país de los grandes actores de cine, Hollywood, el país de las grandes empresas multinacionales  sea tecnológicos u otras diversidades,
 Tiene su historia e aquí como surgió una nación poderosa:
Durante 1950 la biblioteca publica  de nueva York, estuvo exhibiendo una serie de estampas  de varias ciudades  de los estados unidos tal como aparecían alrededor de 1850, quien hoy examina esas estampas ve en ellas poblaciones grandes y pequeñas aldeas- amontonamiento de casas de ladrillos rojos o de madera blanca, hay en casi todas grupo de árboles y de verdes huertos que se extienden en declive hasta las orillas  de un río. En unas pocas  de esas ciudades se alza  la chimenea de una fábrica por encima de los tejados; en la mayoría solamente sobresalen las torres de las iglesias; para darnos cuenta de cómo ha cambiado la vida ordinaria de los Estados unidos desde 1850, tratemos de ver la realidad que  había detrás de esas estampas.
En primer lugar, la vida norteamericana era mucho más variada entonces- desde el punto de vista geográfico el comerciante de chaleco de seda, príncipe  de Boston, nueva York o Filadelfia, vivía en un mundo enteramente diferente del de las familias de colonizadores de burda ropa casera que llegaban  en carretas de uno de los yermos y fangosos pueblos del oeste medio.
En 1850 los estados unidos eran aun esencialmente un país de granjeros, tenderos  mercaderes y artesanos, es cierto que a lo largo de las orillas de los ríos de Nueva Inglaterra existían ya fabricas de telas de algodón y de lana. Pero la gran mayoría del pueblo norteamericano la formaban, en  verdad, agricultores y aldeanos. En1850 las poblaciones estaban apenas empezando a instalar acueductos y sistemas de desagüe. En 1845 ni siquiera la ciudad mas grande de la nación tenia alcantarillado. Como el agua de las cisternas era tan ampliamente usada y tan ampliamente contaminada, el término medio de la vida humana no alcanzaba a 40 años. (Hoy el promedio de duración de la vida es más de 67 años y sigue ascendiendo.)
Como compensación de tales circunstancias desfavorables, había ciertas ventajas. Cuando las cosechas se perdían, cuando la tienda de la familia quebraba, cuando no había nada en que emplearse, allá estaba siempre el llamativo refugio del Oeste. En aquella región donde prevalecían aun la empresa individual y el negocio pequeño, el hombre  que tuviera confianza en sus capacidades podía llegar a ser mucho más independiente de lo que su hijo y su nieto lograrían serlo en años futuros.
Al principiar la segunda mitad del siglo  diecinueve, el industrialismo penetro más en la vida del país.  Samuel Colt había llevado a mayor perfección el principio del uso de partes intercambiables, las líneas telegráficas se extendían más y más.  En 1858 se tendió el primer cable submarino a través del atlántico. Al año siguiente se descubrieron yacimientos de petróleo en Pensilvania.
Miles de  kilómetros de rieles de ferrocarril se tendieron en distintas direcciones.
En multitud de ciudades la aparición de nuevos instrumentos y artefactos incitaba el ingenio de los hombres a soñar con más maravillas fáciles de fabricar para vender por millares de millares y amasar fabulosas fortunas, el futuro aparecía rebosante de locas promesas.
Pero el industrialismo trajo también cosas abominables, la fealdad llego con el humo, hollín, tizne, contaminación de los ríos. Y no solamente afeo la tierra si no que también abuso de sus recursos naturales como si la munificencia de la tierra fuera inagotable. Moralmente también el industrialismo fue al principio destructor de las normas corrientes. Tan completamente había calado en todas las mentes que era  prueba de ingenio hacer dinero de cualquier modo, que el tercer cuarto del siglo XIX trajo el contagio del fraude, como trajo también el monopolio.
Durante la época  preindustrial, quienes  se hallaban en extremada necesidad, hombres y mujeres, contaban al menos con el recurso de ir a trabajar por una pitanza, o cambiar de domicilio en busca de nuevas oportunidades. Pero los nuevos centros industriales impusieron un cambio, porque cuando alguien fundaba una fábrica o una hilandería rodeada por un pueblo, los que iban a trabajar allí quedaban en gran modo prisioneros por su propia elección. No eran dueños de las herramientas con que trabajaban y dependían de la fábrica, dejaban  de ser agentes libres.
 Pero el elemento de mayor perturbación introducido por el industrialismo resulto ser la manera como se distribuía la riqueza producida.
Al terminar el siglo, el obrero inexperto del norte recibía al año un total de 460 dólares por jornales, en tanto que las utilidades correspondientes a Andrew Carnegie  como accionista de su compañía del acero, en el solo año  de 1900 montaron un poco más de 23 millones de dólares – y no tenia que pagar impuesto de renta.
Aquello no podía continuar sin poner en ridículo la democracia, una vehemente rebelión contra la pujante codicia de los grandes compañías   ferrocarrileras  e industriales había  ya empezado  a prosperar, principalmente entre los agricultores y los pequeños hombres de negocios del oeste medio y de las grandes llanuras, en donde el ideal de Jefferson de una nación formada de hombres libres fiados en si mismos, había sido reforzado por las experiencia de los colonizadores. Tales gérmenes de la rebelión hallaban estimulo en la cólera de los obreros industriales quienes realizaban grandes y a menudo sangrientos esfuerzos por organizarse en sindicatos .Tiempo después aquel sentimiento fue reforzado mas aun por lo que pudiera llamarse la sublevación de la conciencia norteamericana: una extensa y creciente protesta contra lo que parecía el advenimiento de un nuevo feudalismo.
Durante los primeros años del siglo xx el centro de gravedad de la opinión pública empezó a cambiar. Las gentes principiaron a considerar a la sociedad en general como una cosa de la que eran parcialmente responsables. En las iglesias se dio mayor importancia al “evangelio social” ; los economistas expusieron por primera vez el concepto de la “renta nacional” ; los dos ciudadanos mas ricos de los estados unidos, Carnegie y  Rockefeller, convirtieron gran parte de su fortuna en fundaciones dedicados al bien publico, y Henry Ford, aumentando voluntariamente los salarios de sus obreros y reduciendo los precios de sus productos, transformó  de modo sorprendente el concepto de industrialismo, tan diferente del de los dueños de las hilanderías del siglo diecinueve como la “producción en serie” de Ford  de la cruda mecanización de aquellos.
A todos nos son familiares las invenciones hechas desde 1900 – el aeroplano, el cine, la radio, la televisión, mas un desconcertante  numero de productos plásticos. Sintéticos y electrónicos. Pero junto con este impetuoso avance ha venido la disciplina  del industrialismo y su transformación de fuerza que hacia mas rico al rico y mas pobre al pobre en fuerza que a reducido la distancia entre uno a otro, gracias a la acción de los trabajadores unidos y a una legislación atinada,  la salud y la seguridad del obrero se encuentra ahora protegidas, la ley le garantiza un salario mínimo y le reconoce el derecho de asociación sindical. Leyes similares regulan hoy la práctica de los negocios, como resultado del aumento gradual del impuesto sobre la renta, adoptado por primera vez en 1913, la prosperidad nacional ha ido redistribuyéndose progresivamente.
La fuerza más poderosa quizás en este cambio ha sido el descubrimiento y la constante prueba de la lógica de la producción en masa, o sea el creciente  convencimiento de que cuantas mas mercancías produzca la fábrica, menos cuesta producirlas y que  cuanto mas gane la gente más cosas puede comprar.
Esta ley económica tiene sus corolarios; ha demostrado que se gana mas produciendo una misma clase de alimentos, vestidos y equipo para todo el mundo que fabricando mercancías de lujo para unos pocos y artículos de tercera para el resto; y ha demostrado, asimismo que la prosperidad viene cuando se bajan  las barreras de clases. De  esta manera  es como el capitalismo ha virado hacia fines democráticos.
Lo que ha estado efectuándose en los Estados unidos ha sido una reducción de la diferencia entre ricos y pobres, así en cuanto a sus entradas como en cuanto a su modo de vivir.
Hace 50 años se descubría a primera vista la rustiquez del campesino que iba a la metrópoli;  al comprador de artículos  baratos lo denunciaban la chaqueta entallada y los zapatos de punta roma. Hoy la diferencia, por lo que hace a la apariencia entre un obrero de la fundición de acero (o un empleado de la oficina) y uno de los directores de la fabrica, no la aprecia sino el ojo atento.
Y por lo que hace a las mujeres, la diferencia de aspecto entre una que gasta 5000 dólares en ropa al año y la que gasta 250, no es en modo alguno tan manifiesta como la que hay entre la mujer que tiene buen gusto y la que carece de el.  Hoy toda mujer, cualquiera que sea su entrada, usa medias nylon.
El rico fuma cigarrillos de la misma marca que el pobre, se afeita con igual clase de navaja y ambos tienen en su casa igual alumbrado e igual sistema de calefacción.
En los primeros años del siglo hubo jerarquía de automóviles, ahora hay una comparativa uniformidad.Al mismo tiempo, lo que pudiéramos llamar la clase de servicio domestico ha desaparecido casi por completo, imponiendo  así a todas las familias norteamericanas, salvo un porcentaje muy pequeño, las tareas de la cocina, la limpieza y el lavado (con la creciente ayuda, eso  si, de la maquina de lavar platos y de lavar ropa).
El proletariado inmigrante de otro tiempo ha sido así virtualmente absorbido por la sociedad norteamericana en general.
Siempre que pienso en todos estos cambios me acuerdo de algo que vi. El otro día en  Nueva York. En una calle que habían desbaratado para imponerla. Los obreros después de levantar el pavimento viejo estaban esperando la llegada del nuevo material; uno de ellos tenia agarrada con ambas manos una de esas varillas de hierro que se usan para levantar las tapas del alcantarillado, y la movía hacia delante y hacia atrás, con lo cual parecía estar entreteniéndose  muy a gusto. Me llamo la atención y lo mire detenidamente para ver que hacia: estaba practicando un airoso golpe de golf.
¿Y hacia donde van los Estados unidos? Creo que escasamente están empezando; el desarrollo de su industrialización aun está en las primeras etapas, y la tarea de perfeccionarlo esta más en sus principios.
Hay que ver, además si el país logra conjurar ciertos peligros que lo amenazan. El primero de todos es una guerra total que puede destrozar el sistema entero. Puede suceder también que los norteamericanos adquieran el fatal concepto de que los beneficios para las varias secciones de la población pueden lograrse por medio de subsidios del gobierno y garantías superiores a lo que el aumento de la producción nacional podría  sostener. O quizás la tendencia norteamericana a la uniformidad pueda llegar al punto en que el pueblo acepte un estándar de mediocridad -  o lo que seria peor, pueda  desarrollar en ese pueblo una completa susceptibilidad a la emoción de masa, la que a su turno podría manipularse para convertir a los Estados unidos en un estado policía. Si tales peligros logran ser superados las perspectivas son por demás halagadoras.
La ciencia, como el industrialismo, se halla hoy todavía en el periodo juvenil; un simple descubrimiento como el de la fuerza atómica, se puede aprovecharse para fines pacíficos, podría hacer que en el año 2000 el de1950 nos pareciera tan atrasado como hoy vemos el de 1850,  bellas eran esas aldeas de 1850 con sus prados que se extendían hasta el río. Las poblaciones del 2000  y la del 2050 pueden ser igualmente gratas a la vista; más limpias, más convenientes, más cómodas, más enorgullecedoras, hasta para los menos afortunados que vivan en  ellas, y mas favorables como semilleros del espíritu humano.

SON ESCRITOS DE LO OCURRIDO AL PUEBLO NORTEAMERICANO – Y A LA CONCIENCIA NORTEAMERICANA – EN CIEN AÑOS Y DE COSAS MAS GRANDES QUE ESTAN POR LLEGAR – extractos sacados de Harper s Magazine  - personaje de la época – Frederick Lewis Allen – 1923

YO ACTUALMENTE – AÑO  2016  ME PREGUNTO ¿COMO ES LOS ESTADOS UNIDOS AHORA? ¡¡ES UN PAIS  PODEROSO!!




























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