COMO SURGIÓ UNA GRAN NACIÓN
LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA
Los latinos, europeos, africanos y asiáticos poblaciones de
diversas naciones, se habrán preguntado ¿que
es Norteamérica? Donde su población es
diversificada liberal
y abierta, todos ellos aglomerados en
distintas razas, huyendo quizá de sus naciones de origen por causas
diversas podría ser económicos, conflictos socio culturales o autoritarismo, en busca de un porvenir mejor, donde el dólar
es una de las monedas mas fuertes del mundo
Los Estados unidos , el país de los vaqueros del oeste, de
los colonos ingleses, aventureros en busca
de oro, de petróleo el oro negro, el país del revolver, del Colt de los
años 1830 y en la actualidad el país de los grandes actores de cine, Hollywood,
el país de las grandes empresas multinacionales sea tecnológicos u otras diversidades,
Tiene su historia e
aquí como surgió una nación poderosa:
Durante 1950 la biblioteca publica de nueva York, estuvo exhibiendo una serie de
estampas de varias ciudades de los estados unidos tal como aparecían
alrededor de 1850, quien hoy examina esas estampas ve en ellas poblaciones
grandes y pequeñas aldeas- amontonamiento de casas de ladrillos rojos o de
madera blanca, hay en casi todas grupo de árboles y de verdes huertos que se
extienden en declive hasta las orillas
de un río. En unas pocas de esas
ciudades se alza la chimenea de una fábrica
por encima de los tejados; en la mayoría solamente sobresalen las torres de las
iglesias; para darnos cuenta de cómo ha cambiado la vida ordinaria de los Estados
unidos desde 1850, tratemos de ver la realidad que había detrás de esas estampas.
En primer lugar, la vida norteamericana era mucho más
variada entonces- desde el punto de vista geográfico el comerciante de chaleco
de seda, príncipe de Boston, nueva York
o Filadelfia, vivía en un mundo enteramente diferente del de las familias de
colonizadores de burda ropa casera que llegaban
en carretas de uno de los yermos y fangosos pueblos del oeste medio.
En 1850 los estados unidos eran aun esencialmente un país de
granjeros, tenderos mercaderes y
artesanos, es cierto que a lo largo de las orillas de los ríos de Nueva
Inglaterra existían ya fabricas de telas de algodón y de lana. Pero la gran
mayoría del pueblo norteamericano la formaban, en verdad, agricultores y aldeanos. En1850 las
poblaciones estaban apenas empezando a instalar acueductos y sistemas de desagüe.
En 1845 ni siquiera la ciudad mas grande de la nación tenia alcantarillado.
Como el agua de las cisternas era tan ampliamente usada y tan ampliamente
contaminada, el término medio de la vida humana no alcanzaba a 40 años. (Hoy el
promedio de duración de la vida es más de 67 años y sigue ascendiendo.)
Como compensación de tales circunstancias desfavorables,
había ciertas ventajas. Cuando las cosechas se perdían, cuando la tienda de la
familia quebraba, cuando no había nada en que emplearse, allá estaba siempre el
llamativo refugio del Oeste. En aquella región donde prevalecían aun la empresa
individual y el negocio pequeño, el hombre
que tuviera confianza en sus capacidades podía llegar a ser mucho más
independiente de lo que su hijo y su nieto lograrían serlo en años futuros.
Al principiar la segunda mitad del siglo diecinueve, el industrialismo penetro más en
la vida del país. Samuel Colt había
llevado a mayor perfección el principio del uso de partes intercambiables, las
líneas telegráficas se extendían más y más.
En 1858 se tendió el primer cable submarino a través del atlántico. Al
año siguiente se descubrieron yacimientos de petróleo en Pensilvania.
Miles de kilómetros
de rieles de ferrocarril se tendieron en distintas direcciones.
En multitud de ciudades la aparición de nuevos instrumentos
y artefactos incitaba el ingenio de los hombres a soñar con más maravillas
fáciles de fabricar para vender por millares de millares y amasar fabulosas
fortunas, el futuro aparecía rebosante de locas promesas.
Pero el industrialismo trajo también cosas abominables, la
fealdad llego con el humo, hollín, tizne, contaminación de los ríos. Y no
solamente afeo la tierra si no que también abuso de sus recursos naturales como
si la munificencia de la tierra fuera inagotable. Moralmente también el
industrialismo fue al principio destructor de las normas corrientes. Tan
completamente había calado en todas las mentes que era prueba de ingenio hacer dinero de cualquier
modo, que el tercer cuarto del siglo XIX trajo el contagio del fraude, como
trajo también el monopolio.
Durante la época
preindustrial, quienes se
hallaban en extremada necesidad, hombres y mujeres, contaban al menos con el
recurso de ir a trabajar por una pitanza, o cambiar de domicilio en busca de
nuevas oportunidades. Pero los nuevos centros industriales impusieron un
cambio, porque cuando alguien fundaba una fábrica o una hilandería rodeada por
un pueblo, los que iban a trabajar allí quedaban en gran modo prisioneros por
su propia elección. No eran dueños de las herramientas con que trabajaban y dependían
de la fábrica, dejaban de ser agentes
libres.
Pero el elemento de
mayor perturbación introducido por el industrialismo resulto ser la manera como
se distribuía la riqueza producida.
Al terminar el siglo, el obrero inexperto del norte recibía
al año un total de 460 dólares por jornales, en tanto que las utilidades correspondientes
a Andrew Carnegie como accionista de su
compañía del acero, en el solo año de
1900 montaron un poco más de 23 millones de dólares – y no tenia que pagar
impuesto de renta.
Aquello no podía continuar sin poner en ridículo la
democracia, una vehemente rebelión contra la pujante codicia de los grandes
compañías ferrocarrileras e industriales había ya empezado
a prosperar, principalmente entre los agricultores y los pequeños
hombres de negocios del oeste medio y de las grandes llanuras, en donde el
ideal de Jefferson de una nación formada de hombres libres fiados en si mismos,
había sido reforzado por las experiencia de los colonizadores. Tales gérmenes
de la rebelión hallaban estimulo en la cólera de los obreros industriales
quienes realizaban grandes y a menudo sangrientos esfuerzos por organizarse en
sindicatos .Tiempo después aquel sentimiento fue reforzado mas aun por lo que
pudiera llamarse la sublevación de la conciencia norteamericana: una extensa y
creciente protesta contra lo que parecía el advenimiento de un nuevo
feudalismo.
Durante los primeros años del siglo xx el centro de gravedad
de la opinión pública empezó a cambiar. Las gentes principiaron a considerar a
la sociedad en general como una cosa de la que eran parcialmente responsables.
En las iglesias se dio mayor importancia al “evangelio social” ; los
economistas expusieron por primera vez el concepto de la “renta nacional” ; los
dos ciudadanos mas ricos de los estados unidos, Carnegie y Rockefeller, convirtieron gran parte de su
fortuna en fundaciones dedicados al bien publico, y Henry Ford, aumentando
voluntariamente los salarios de sus obreros y reduciendo los precios de sus
productos, transformó de modo
sorprendente el concepto de industrialismo, tan diferente del de los dueños de
las hilanderías del siglo diecinueve como la “producción en serie” de Ford de la cruda mecanización de aquellos.
A todos nos son familiares las invenciones hechas desde 1900
– el aeroplano, el cine, la radio, la televisión, mas un desconcertante numero de productos plásticos. Sintéticos y
electrónicos. Pero junto con este impetuoso avance ha venido la disciplina del industrialismo y su transformación de
fuerza que hacia mas rico al rico y mas pobre al pobre en fuerza que a reducido
la distancia entre uno a otro, gracias a la acción de los trabajadores unidos y
a una legislación atinada, la salud y la
seguridad del obrero se encuentra ahora protegidas, la ley le garantiza un
salario mínimo y le reconoce el derecho de asociación sindical. Leyes similares
regulan hoy la práctica de los negocios, como resultado del aumento gradual del
impuesto sobre la renta, adoptado por primera vez en 1913, la prosperidad
nacional ha ido redistribuyéndose progresivamente.
La fuerza más poderosa quizás en este cambio ha sido el
descubrimiento y la constante prueba de la lógica de la producción en masa, o
sea el creciente convencimiento de que
cuantas mas mercancías produzca la fábrica, menos cuesta producirlas y que cuanto mas gane la gente más cosas puede
comprar.
Esta ley económica tiene sus corolarios; ha demostrado que
se gana mas produciendo una misma clase de alimentos, vestidos y equipo para
todo el mundo que fabricando mercancías de lujo para unos pocos y artículos de
tercera para el resto; y ha demostrado, asimismo que la prosperidad viene
cuando se bajan las barreras de clases.
De esta manera es como el capitalismo ha virado hacia fines democráticos.
Lo que ha estado efectuándose en los Estados unidos ha sido
una reducción de la diferencia entre ricos y pobres, así en cuanto a sus
entradas como en cuanto a su modo de vivir.
Hace 50 años se descubría a primera vista la rustiquez del
campesino que iba a la metrópoli; al
comprador de artículos baratos lo
denunciaban la chaqueta entallada y los zapatos de punta roma. Hoy la diferencia,
por lo que hace a la apariencia entre un obrero de la fundición de acero (o un
empleado de la oficina) y uno de los directores de la fabrica, no la aprecia
sino el ojo atento.
Y por lo que hace a las mujeres, la diferencia de aspecto
entre una que gasta 5000 dólares en ropa al año y la que gasta 250, no es en
modo alguno tan manifiesta como la que hay entre la mujer que tiene buen gusto
y la que carece de el. Hoy toda mujer,
cualquiera que sea su entrada, usa medias nylon.
El rico fuma cigarrillos de la misma marca que el pobre, se
afeita con igual clase de navaja y ambos tienen en su casa igual alumbrado e
igual sistema de calefacción.
En los primeros años del siglo hubo jerarquía de
automóviles, ahora hay una comparativa uniformidad.Al mismo tiempo, lo que pudiéramos
llamar la clase de servicio domestico ha desaparecido casi por completo,
imponiendo así a todas las familias
norteamericanas, salvo un porcentaje muy pequeño, las tareas de la cocina, la
limpieza y el lavado (con la creciente ayuda, eso si, de la maquina de lavar platos y de lavar
ropa).
El proletariado inmigrante de otro tiempo ha sido así
virtualmente absorbido por la sociedad norteamericana en general.
Siempre que pienso en todos estos cambios me acuerdo de algo
que vi. El otro día en Nueva York. En
una calle que habían desbaratado para imponerla. Los obreros después de
levantar el pavimento viejo estaban esperando la llegada del nuevo material;
uno de ellos tenia agarrada con ambas manos una de esas varillas de hierro que
se usan para levantar las tapas del alcantarillado, y la movía hacia delante y
hacia atrás, con lo cual parecía estar entreteniéndose muy a gusto. Me llamo la atención y lo mire
detenidamente para ver que hacia: estaba practicando un airoso golpe de golf.
¿Y hacia donde van los Estados unidos? Creo que escasamente están
empezando; el desarrollo de su industrialización aun está en las primeras
etapas, y la tarea de perfeccionarlo esta más en sus principios.
Hay que ver, además si el país logra conjurar ciertos
peligros que lo amenazan. El primero de todos es una guerra total que puede
destrozar el sistema entero. Puede suceder también que los norteamericanos
adquieran el fatal concepto de que los beneficios para las varias secciones de
la población pueden lograrse por medio de subsidios del gobierno y garantías
superiores a lo que el aumento de la producción nacional podría sostener. O quizás la tendencia
norteamericana a la uniformidad pueda llegar al punto en que el pueblo acepte
un estándar de mediocridad - o lo que
seria peor, pueda desarrollar en ese
pueblo una completa susceptibilidad a la emoción de masa, la que a su turno podría
manipularse para convertir a los Estados unidos en un estado policía. Si tales
peligros logran ser superados las perspectivas son por demás halagadoras.
La ciencia, como el industrialismo, se halla hoy todavía en
el periodo juvenil; un simple descubrimiento como el de la fuerza atómica, se
puede aprovecharse para fines pacíficos, podría hacer que en el año 2000 el
de1950 nos pareciera tan atrasado como hoy vemos el de 1850, bellas eran esas aldeas de 1850 con sus
prados que se extendían hasta el río. Las poblaciones del 2000 y la del 2050 pueden ser igualmente gratas a
la vista; más limpias, más convenientes, más cómodas, más enorgullecedoras,
hasta para los menos afortunados que vivan en
ellas, y mas favorables como semilleros del espíritu humano.
SON ESCRITOS DE LO OCURRIDO AL PUEBLO NORTEAMERICANO – Y A LA CONCIENCIA
NORTEAMERICANA – EN CIEN AÑOS Y DE COSAS MAS GRANDES QUE
ESTAN POR LLEGAR – extractos sacados de Harper s Magazine - personaje de la época – Frederick Lewis
Allen – 1923
YO ACTUALMENTE – AÑO
2016 ME PREGUNTO ¿COMO ES LOS
ESTADOS UNIDOS AHORA? ¡¡ES UN PAIS PODEROSO!!
¡
¡